CARLOS FAJARDO. Qué buen artículo del ensayista colombiano Carlos Fajardo Fajardo en el número 181. Es un tema que ustedes ya han abordado en números anteriores, esto es, la decadencia y muerte de la cultura y la educación por la dictadura de mercado, por el "pragmatismo", por el "utilitarismo", por el servilismo a la mercancía, el dinero y los bancos: ¿oscurantismo tecno-crático con un ejército de lacayos no-ilustrados? Vivimos una usuro-cracia, una usuro-sía; los gerentes de banco están por encima de la soberanía-popular, la constitución, los estados y los gobiernos. Por supuesto, son norma suprema por encima de la cultura y la educación. Lo curioso del caso: todo comenzó en los 90. ¿Habrá que hacerle un juicio histórico a los papás del neo-liberalismo, cesar Gaviria y Rudolf Holmes? ¿Será que, como profetizaba Nietzsche "dios ha muerto" y ahora, Nietzsche y el super-hombre han muerto, Dionysos ha muerto y la cultura ha muerto? ¿Será el pesimismo un nihilismo de la fortaleza? ¿Será, como bien reflexionaba Séneca, que hay que acabar con todo tipo de esperanza? Conde-arboleda, "el-ocioso-aristocrático"
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LOS BABY TEACHERS. Muy oportuno el texto sobre los nuevos rumbos de la universidad y de muchos de sus profesores jóvenes. La Paideia, la formación del carácter, el fundamento ético y el humanismo, parecen hoy una pedagogía desueta. La lucha por las certificaciones doctorales, nuevas fuentes de desigualdad, va gestando una nueva nobleza, ya no basada en el linaje familiar, sino en los títulos académicos que se posean. Lo que sirve para excluir a quienes pueden tener saber y vocación, pero no certificados de enoblecimiento académico. La hiperespecialización supone colegas que dominan un campo restringido del saber, con una ignorancia crasa de la política, del arte, de los sentimientos, del buen vivir. La pasividad de profesores y estudiantes, el control omnipresente, el rechazo de la autodisciplina, del esfuerzo, de proponerse metas que trasciendan las normas convencionales de la riqueza, el poder o la fama. Expresiones de esta universidad que tiende a mercantilizarse y deshumanizarse. Sin negar, que existen afortunadamente nichos académicos en algunas universidades, minoritarios, marginales, soslayados, pero donde hay profesores vocacionales, investigadores con pasión y responsabilidad, ciudadanos reflexivos. Tus reflexiones son necesarias como un tábano que pica, que arde, que incomoda. Sí, la academia requiere autocrítica, nuevos proyectos, pluralidad, pensamiento independiente. Jaime Eduardo Jaramillo, Profesor Universidad Nacional.
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ADIÓS A ROBERTO SOSA. El poeta hondureño Roberto Sosa falleció hoy 23 de mayo a las 4 de la mañana, informó su hijo Néstor. Había nacido el 18 de abril en Yoro, Honduras. Mereció diversos internacionales, como el Adonais de España. Fue Director de revistas literarias y Galerías de Arte. Autor de: Caligramas, 1959; Muros, 1966; Mar interior, 1967; Los pobres, 1969; Secreto militar, 1985; Hasta el sol de hoy, 1987; Máscara suelta, 1994; El llanto de las cosas, 1995. En las últimas horas el poeta fue galardonado en La Habana, Cuba, con el premio Rafael Alberti, que otorga el Festival Internacional de Poesía de La Habana, con el auspicio de la Sociedad de Beneficencia de Andalucía, España. Gabriel Impaglione
