Textos Cáusticos


Del libro Textos cáusticos, de reciente aparición, ya distribuido en las librerías más importantes de Colombia, publicamos algunas de sus minificciones liminares.

Por Hernando Urrutia Vásquez

Un día pegué estos pedacitos en forma de rompecabezas y ellos se iban acomodando dócilmente, encajando sin repelerse. Al terminar pude ver que todo lo que se pusiera al frente se reflejaba. En ese momento supe que había fabricado un espejo.

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Cuando el pistolero se paró enfrente y le disparó repetidas veces, el espejo no se rompió, porque sabía que ese hecho le traería mala suerte a los habitantes.

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La leyenda cundió cuando el Conde Drácula parándose frente al espejo no vio su rostro.
Lo que nunca supo es que el espejo era ciego.

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Prefirió el suicidio antes de permitir que Alicia saliera del país de las Maravillas a la realidad que todos los días reproducía. Por eso, el espejo, decidió quebrarse en mil pedazos.

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Aquel matón tenía una diversión muy singular: al llegar a cualquier pueblo, reunía a sus habitantes en la plaza principal frente a un espejo y sólo se salvaban los que cabían en él.

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El pueblo estaba desocupado y no pudieron sorprenderlo, porque el espejo denunció las sombras de los fantasmas.
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Érase un pueblo que se enseñó a usar singularmente el calendario: no contaban los años de los vivos, sino cuánta edad tenían sus muertos.
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El pueblo estaba tan fantasmal y desolado que los pobladores decidieron llenarlo de espejos, para reproducir a los habitantes y reponer los muertos.
Pero los espejos los traicionaron, pues sólo reflejaban a sus asesinos.

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Su familia no se explicó por qué cuando trajo un paquete les dijo: ábranlo en la ocasión precisa.
Sólo con la noticia de su muerte, descifraron el mensaje y al destaparlo, en el fondo, el espejo reproducía unos solemnes trajes negros.


Al saber que pasarían por el lugar los llenaron de espejos, para vigilar la noche.
Transcurrido el tiempo, sintieron un olor a sangre, enredado en los pasos perseguidos por el dolor hecho fantasma.
 Se alistaron a cazarlos, pero sólo el ruido delataba su presencia porque los espejos únicamente reflejaron la transparencia del aire.
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Apenas me asomé a la colina, divisé una inmensa valla que decía: Bienvenidos a Espejo Colombia, el pueblo sin memoria.

Hernando Urrutia Vásquez, nació en Bogotá el 18 de octubre de 1946. Dirige el programa Vientos Estéreo que se emite gracias al proyecto de radio comunitaria “Emisoras para la Capital”.  Ha sido editor de periódicos locales en las alcaldías de San Cristóbal, Usme y Ciudad Bolívar. Actualmente participa en un proyecto de capacitación y emisión radial con líderes de la localidad Rafael Uribe Uribe. Participó en el taller de poesía de la Casa Silva en 1989 y en el seminario de literatura rusa en la Universidad Externado de Colombia. Es autor de los libros Cosmotelurias y Textos cáusticos (Colección Los Conjurados).