Párrafos de aire


Antología del poema en prosa colombiano
Por Jorge Boccanera
Integrante de las últimas promociones de poetas de Colombia, el escritor Fredy Yezzed llegó recientemente a Buenos Aires para presentar la compilación “Párrafos de aire”, que reúne trabajos de los autores más representativos de su país natal.
El poeta, nacido en 1979 y ya un asiduo visitante de Buenos Aires -en 2010 obtuvo con su libro “La sal de la locura” el Premio de Poesía “Macedonio Fernández”- señala en diálogo con Télam que en el mapa de las letras argentinas son varios los cultores del poema en prosa, entre otros Oliverio Girondo, Alfonsina Storni, Jorge Luis Borges, Enrique Molina y Alejandra Pizarnik.
Aunque puntualiza, citando a Díaz-Plaja en su libro “El poema en prosa en España” -primera antología en lengua española en recoger esta modalidad- que fue Leopoldo Lugones con su libro “Las montañas del Oro” (1897) quien inauguró el género en Argentina.
Yezzed confiesa haberse acercado con prejuicios al poema en prosa, una forma que en primera instancia se le presentó como “difícil y torpe”, aunque luego encontraría en ella -dice- algo “ideal para hablar de los movimientos líricos del alma, las ondulaciones del ensueño y los sobresaltos de la conciencia, como dice Baudelaire”.
Subtitulada “Primera antología del poema en prosa colombiano” la obra “Párrafos de aire” fue editada por la Universidad de Antioquia y viene antecedida por un extenso estudio sobre el tema, una investigación minuciosa en la que el compilador traza las coordenadas históricas de esa forma que Juan Ramón Jiménez denominó “poema seguido” y Rubén Darío “romanza en prosa”.
Yezzed señala que si bien la mención de la forma aludida remite inmediatamente a sus precursores -Aloysius Bertrand con su libro “Gaspar de la noche” (1842) y Charles Baudelaire con “Los pequeños poemas en prosa” (1868)- hay críticos que van más atrás en el tiempo y mencionan al libro “Himnos a la noche” (1800) de Novalis.
Otras influencias poderosas se encuentran, subraya Yezzed, en “Los cantos de Maldoror” de Lautréamont: “donde las posibilidades de forma y tema del poema en prosa llegan a límites más inesperados”; y en Rimbaud: “En ‘Las iluminaciones’ y en ‘Temporada en el infierno’ resalta una composición abierta y anárquica”, indica.
En América Latina las raíces del poema según el compilador de “Párrafos de aire”, están en el Modernismo, y menciona al Rubén Darío de “Azul” y las tempranas traducciones de textos de Baudelaire a cargo del poeta cubano Julián del Casal.
“Del Casal es el primer poeta latinoamericano que traduce quince poemas en prosa de Baudelaire para la revista ‘La Habana elegante’ en 1887; un año después vino ‘Azul’ de Darío, libro donde los instantes más sutiles y la fluidez de la mejor prosa recuerdan a Baudelaire”, explica.
“Los mexicanos -agrega- reseñan como uno de los cultores de esta forma a Manuel Gutiérrez Nájera, que seguro debió leer al francés en su idioma. En el caso colombiano encontramos en José Asunción Silva esa intensidad y agudeza crítica que tanto admiramos en Baudelaire cuando retrata al hombre moderno”.
Sobresale entonces el nombre de Silva entre los poetas más importantes y de mayor popularidad de Colombia, además de voces posteriores que fueron medulares en la franja de la vanguardia, como Luis Vidales –“sobre todo en la sección “Estampillas” de su libro “Suenan timbres” de 1926”- y León de Greiff –“con una poesía donde identificamos fácilmente la influencia de Aloysius Bertrand”-.
Yezzed subraya otros nombres: “Está nuestro César Vallejo, con su libro titulado precisamente ‘Poemas en prosa’, y el Neruda de ‘Anillos’ y ‘Residencia en la tierra’, aunque quizás el paradigma más interesante se da con Vicente Huidobro en ‘Altazor’ y ‘Temblor de cielo’”.
“Párrafos de aire”, que reúne a 36 poetas nacidos entre 1865 y 1980, incluye a las voces consagradas de Jorge Zalamea, Eduardo Carranza, Héctor Rojas Herazo, Jaime Jaramillo Escobar, Juan Manuel Roca, quienes si bien confluyen en la poesía en prosa, muestran una evidente diversidad estilística.
Al interrogante de si esta modalidad del poema en prosa es frecuentada por autores de las últimas promociones -varios de ellos incluidos en esta compilación- Yezzed señala que le resultó grato convocar a estos nuevos poetas: “Que poco a poco se van abriendo con fuerza un lugar en el panorama colombiano, como Juan Felipe Robledo, John Jairo Junieles, Felipe García Quintero y Lucía Estrada”.
“Estos poetas dan cuenta en sus creaciones de un cúmulo de lecturas y autores que admiran y que escribieron poesía en prosa. Además, tras la publicación de ‘Párrafos de aire’ me contactaron jóvenes con libros inéditos de poesía en prosa que demuestran una atracción particular por esta forma, aunque desconozcan muchas de las discusiones y características del género”, acota.
Yezzed caracteriza al poema en prosa como “un modo de escritura” abierto, de “carácter híbrido” con un ritmo interior y, generalmente, breve en su extensión.
Y concluye en que, si bien hay pasajes narrativos e inclusive se acerca a la minificción, el poema en prosa más que contar y describir, se afinca en lo simbólico, lo alegórico, vale decir, un lenguaje figurado, alegórico, metafórico, en el que prevalecen las imágenes.