El panfleto

Sobre la restitución de los ríos a su cauce
Por Mauricio Contreras Hernández*
Cuando se boga entre el agua maloliente invocar a todos los santos no es ningún aliciente. El presidente con voz grandilocuente de tanta devastación culpa a un fenómeno invernal. Esa maldita “Niña” dice como quien pronuncia un conjuro y en verdad tanta falacia me produce rasquiña, lo juro.
No hay ley que vuelva los ríos a su cauce. No hay ley que cause más desastres que la ley del que agranda su ambición sin nada que lo pause. Ante el invierno desatado cada familia huye esperando retornar a la sombra de su sauce. Y no hay ley que conjure tanta miseria y su percance.
Pero más que en el alud o en el agua y su caudal el país se ahoga entre tanta indignidad. Y la democracia sigue su curso salido de madre inundando de vacuidad tan atroz realidad.
No hay caminos ni puentes pero hay fe en la causa y se pregona el éxito de  políticas sin pausa. Las notarías más que el agua anegaron tierras baldías con títulos firmados por manos vacías. No hay ley que restituya tu tierra ni la mía sólo la suya. El resto ya lo sabemos es pura bulla.
Claro que los ríos desbocados irrigan las finanzas de los grandes supermercados que mejoran sus balances gracias a los damnificados. A nombre de la solidaridad y de la buena conciencia ofrecen paquetes al alcance de todos  perfectamente empacados.
Y todo buen vecino hace una donación y hasta reza una oración convencido que aliviará los desastres de tamaña inundación. Además invierte un ínfimo presente para ganar la eterna salvación. Pero no hay ley que restituya a su cauce los ríos desbordados de la corrupción y a la ambición no hay nada que la pause, parce.

*Poeta y ensayista colombiano