RECLAMACIÓN AL ESTADO. Es inverosímil que el propio estado colombiano vulnere de manera olímpica los derechos de sus ciudadanos. Uno de ellos, el de tener un documento que lo acredite como nacional, para todos los efectos legales de la constitución. Sí, dirán muchos, pero el documento se expide: Tarjeta de identidad si es menor de edad y cédula de ciudadanía que le otorga a los 18 años la mayoría de edad. Pues bien, hasta ahí todo es perfecto. Pero ¿qué pasa si este documento se pierde, se deteriora, o –lo que es más común- nos lo roban en los innumerables atracos que existen en el país? Pues comienza el caos absoluto y caemos en mano de los despropósitos de una corrupción administrativa. Mil vueltas para conseguir un duplicado. Denuncia, consignaciones de $32.800, sellos, etc., lo que a todas luces es injusto. ¿Por qué pagar para que el país sepa que existimos? No es una obligación del estado tener un registro veraz y oportuno de todos los individuos que integran la nación? No compete a entidades como la Registraduría , etc., reexpedir sin costo para el desprotegido ciudadano y cuantas veces sea necesario, su aval de identificación? Lina Contreras
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APARICIÓN. Queridos con-fabulados. Fue grato verlos de nuevo tras el largo período de festividades de fin de año y primera quincena de enero. Ya comenzaban a hacer mucha falta en nuestro escaso y muy pobre panorama de las comunicaciones. Ojalá este año nos sigan trayendo su maravilloso periódico lleno de cápsulas de vitalidad literaria, voces disidentes, y lúdicas muy oportunas siempre. Buen 2011. Cesar Mario Fuenmayor
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NO “HAY FESTIVAL” Bien pobre resultó la última versión del Hay Festival realizado en Cartagena. Muy regulares –con contadas excepciones- los invitados, siempre “oficiales” de cada país, y por si fuera poco muy altos y cínicos los costos para entrar a las conferencias. Se ve a todas luces que los organizadores lo único que hacen es llenar sus arcas. Mery Arredondo
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