Por Yirama Castaño*
Con-Fabulados: Comparto mi poema “Salmo de la destrucción” dedicado a Fernando Garavito de mi libro el Jardín de sombras, escrito justo después de terminar mi trabajo en Cromos como periodista política cuando él era Director de la revista. Fernando fue mi maestro no sólo como periodista sino como poeta, y también lo era de un grupo de reporteros que se formaron en La Prensa del irreverente Juan Carlos Pastrana, Cromos y El Espectador. Allí estaban: Olga Sanmartín, Patricia Iriarte, Fernando Cortés, Gonzalo Guillén, Angélica Pérez, Rafael Chaparro Madiedo, Eduardo Arias, Olga Marín, Olga Viviana Guerrero, Gustavo Gómez, y tantos otros…
SALMO DE LA DESTRUCCION
Para Fernando Garavito
¿A dónde el corazón de los heridos?
Eterno vuelo de ánimas confusas.
Casta de amapolas y suicidas:
pagamos la deuda del olvido.
Regresaste al camino y no era tiempo.
Nadie se mueve en este agujero
ni siquiera la soledad del cedro.
Cuál es la explicación del pobre orate:
Yo no quise morir.
Cayó el calor y me equivoqué de hastío.
Oigo el rumor de la cuerda en la garganta.
Se afloja.
¿Acaso es un hilo, o el apetito atroz?
Las migas de mi cuerpo
son culpables de este eclipse.
Me siento mal y entrego, de inmediato,
mi íntima noche a todos los enemigos.
El viento consume las barreras
y el negro de mi ropa.
Estoy desnuda, frágil e indefensa.
Lejos viene el asesino
que se resiste a mi dominio.
Aniquilo, así, tanta fatiga.
*Poeta y periodista colombiana